La toxina botulínica es una proteína producida por una bacteria conocida como Clostridium Botulinum, que induce parálisis y relajación muscular. Su efecto farmacológico tiene lugar a nivel de la unión neuromuscular, que es la región de transición entre el nervio periférico y el músculo. La toxina bloquea la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor del nervio periférico, generando una parálisis muscular temporal, sin producir ninguna lesión física en las estructuras nerviosas.
De ahí que se use para tratar espasmos, contracturas musculares, tics y patologías que requieren relajación de los músculos. Este mecanismo de relajación se ha usado ampliamente en medicina estética para tratar las arrugas dinámicas de la cara producidas por la contracción de los músculos faciales. Está aprobada por el Invima para su uso estético en nuestro país, en estado Unidos fue aprobado por la FDA desde abril 2002 para este mismo uso. Es un fármaco seguro siempre que esté en las manos de un profesional.
El procedimiento es sencillo, dura aproximadamente de 10 a 15 minutos, no requiere anestesia ni incapacidad, el paciente puede retornar a sus actividades cotidianas inmediatamente aunque se aconseja no realizar ejercicio ni acostarse en las siguientes 4 horas.
Con el paciente sentado, se marcan los puntos de aplicación según su gesticulación, se limpia el área con alcohol y se realizan las inyecciones subcutáneas de la toxina utilizando una pequeña jeringa de insulina. El procedimiento produce una pequeña molestia o incomodidad que puede ser subsanada empleando hielo local. Pueden aparecer morados en los sitios de punción que se pueden ser disimulados fácilmente con maquillaje y se resuelven en pocos días.
Los efectos se empiezan a observar normalmente a partir del tercer día y, de forma progresiva, van aumentando y borrando las arrugas poco a poco, hasta alcanzar la parálisis muscular completa al cabo de 15 dias.
El rejuvenecimiento es evidente y la expresión facial queda más relajada, dando una sensación de tener buena cara y un aspecto descansado.
La reaparición de la contracción muscular toma un tiempo diferente en cada paciente y está condicionado por la potencia de contracción de los músculos tratados y por la dosis total de toxina empleada en el tratamiento.
Cuando se ha realizado varias sesiones puede producirse un debilitamiento muscular que puede facilitar el aplazamiento de las sesiones a tramos temporales más largos y que el resultado estético dure más tiempo.
Para mantener el resultado estético, las sesiones se realizan cada 4-6 meses. Los pacientes que abandonan el tratamiento suelen presentar al cabo de unos años un tipo de arruga menos pronunciado que los pacientes que no se han tratado.
Su aplicación está contraindicada en personas que sufren de miastenia Gravis y mujeres embarazadas.
